domingo, 22 de mayo de 2011

el tiempo



El tiempo...
infinito,
inflexible,
inefable,
invencible,
inabarcable,
vivo, pero escapándose
insolente de nuestros dedos,
constantemente en movimiento,
avanzando sin detenerse,
implacable.
El tiempo que construimos
a base de momentos,
subjetivo siempre, más
nunca destinado a perpetuarse.
El tiempo que nos juzga,
que nos encumbra
 o nos humilla,
el implacable tiempo
que según va pasando
más tememos se nos acabe.
!Cuantas cosas por hacer!,
!que finitud más breve
la de una vida!,
!que sentencia tan terrible
la del tiempo!




domingo, 1 de mayo de 2011

abre tu corazón



Tienes un mar de cristal
en la mirada,
inmenso, azul, quemante
de tan frío,
aislado y mudo cual
jóven como los de hoy,
autista entre máquinas
de juegos virtuales,
insonorizado del mundo,
hierático de vida,
impermeable.

Deja que tu mirada
llegue a puerto,
que toque arena y playa,
no te aisles,
y que el mar de cristal de tus ojos
se torne cala cálida y acogedora,
deja al vaivén de olas
desanudar
 pasiones y sonrisas:
abre tu corazón,
ábrelo, para que se enciendan
mil lucecitas de colores.


Este poema se lo escribí a mi hija mayor (Rocío, 17 años), que es una de esas jóvenes-generación de autistas: siempre con los casquitos de música puestos, con una capacidad casi patológica para interactuar con maquinitas y aparatos telemáticos varios, y escasamente permeable a los problemas del mundo (el paro, el terrorismo, las tensiones internacionales, los totalitarismos de cualquier índole...) enfín, supongo me entendéis.
Mil besitos a tod@s, no se si sabéis que mañana comienza la Feria de abril que este año, circunstancialmente cae en mayo, y que -como en la Semana Santa-, andamos mirando al cielo, porque no se van los nubarrones negros... !y la feria también con agua!